¿Qué medicina puede curar mejor el alma perpleja del hombre de hoy –como aquel del hombre contemporáneo a Zambrano– siempre más problemático y siempre más privado de intimidad con sí mismo, si no la confesión, o sea, ese género literario que tiene el poder de hacer llegar a la transparencia de sí mismo? “Luego La confesión parece ser –según las palabras de Zambrano– un método para encontrar este quién, este sujeto al que se suceden las cosas, en cuanto sujeto que es, que permanece superior, libre de lo que le sucede… porque este género de realidad, una vez conseguido, parece invulnerable” . Sí, esto es, la realidad de cada uno de nosotros, si entra en nuestro sí en la radical aceptación, parece ser invulnerable, como el tiempo de nuestra existencia que logramos vivir plenamente en su auténtico sentido junto al que vivimos en la inexorable articulación cronológica de las manetas del reloj; quizá dejando que la aurora, o “hermana de la noche” (en las poéticas palabras del la Zambrano) encante e ilumine el ánimo humano uniendo todos los sentidos de nuestra existencia que está siempre en continua búsqueda de sí y de la propia serenidad interior para poder exteriorizar una sonrisa a la eternidad, pero no en una forma de aislamiento ascético, sino en el riguroso respeto de una pasividad eficaz personal que conduzca a una verdad compartida, como ella misma la define más veces.
“Palabra a viva voz”: la búsqueda del “quién” auténtico en el pensamiento de María Zambrano y Rosa Chacel
PARENTE, LUCIA MARIA GRAZIA
2014-01-01
Abstract
¿Qué medicina puede curar mejor el alma perpleja del hombre de hoy –como aquel del hombre contemporáneo a Zambrano– siempre más problemático y siempre más privado de intimidad con sí mismo, si no la confesión, o sea, ese género literario que tiene el poder de hacer llegar a la transparencia de sí mismo? “Luego La confesión parece ser –según las palabras de Zambrano– un método para encontrar este quién, este sujeto al que se suceden las cosas, en cuanto sujeto que es, que permanece superior, libre de lo que le sucede… porque este género de realidad, una vez conseguido, parece invulnerable” . Sí, esto es, la realidad de cada uno de nosotros, si entra en nuestro sí en la radical aceptación, parece ser invulnerable, como el tiempo de nuestra existencia que logramos vivir plenamente en su auténtico sentido junto al que vivimos en la inexorable articulación cronológica de las manetas del reloj; quizá dejando que la aurora, o “hermana de la noche” (en las poéticas palabras del la Zambrano) encante e ilumine el ánimo humano uniendo todos los sentidos de nuestra existencia que está siempre en continua búsqueda de sí y de la propia serenidad interior para poder exteriorizar una sonrisa a la eternidad, pero no en una forma de aislamiento ascético, sino en el riguroso respeto de una pasividad eficaz personal que conduzca a una verdad compartida, como ella misma la define más veces.Pubblicazioni consigliate
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